salud emocional

Desafíos psicológicos en el trabajo

Desafíos psicológicos en el trabajo

Hace tiempo que en el mundo de las empresas desapareció la idea de que los trabajadores son algo parecido a robots. Ahora bien, del mismo modo en que el aspecto humano de las empresas debe ser considerado para mejorar el bienestar de los trabajadores, también hay que conocer los desafíos psicológicos en el trabajo que pueden aparecer, ya que de esa manera se pueden establecer medidas de prevención. La motivación es fundamental, pero también lo es la salud mental.

Principales problemas psicológicos asociados al trabajo

Teniendo en cuenta que el ámbito laboral es un contexto en el que pasamos muchas horas al mes, no sorprende que en él puedan darse las condiciones para desgastar nuestra salud mental en relativamente poco tiempo: un error en el modo de trabajar o una mala gestión de los RRHH puede llegar a pasarnos factura muchas veces y con una frecuencia muy alta. En este sentido, veamos cuáles son los principales problemas psicológicos especialmente vinculados al puesto de trabajo en empresas con dinámicas disfuncionales.

Síndrome de Burnout (estar quemado)

El Síndrome de Burnout (también llamado simplemente «Burnout» o «síndrome del trabajador quemado») es un tipo de estrés laboral conocido como crónico. Las psicólogas norteamericanas C. Maslach y S. Jackson definieron el Síndrome de Burnout como «un síndrome de cansancio emocional, despersonalización, y una menor realización personal, que se da en aquellos individuos que trabajan en contacto con clientes y usuarios». Las personas que lo sufren encuentran agotamiento y cansancio emocional a la hora de enfrentarse a su trabajo, se encuentran diferentes y despersonalizados y deshumanizados a la hora de realizar su trabajo y de relacionarse con las personas que hay en él (en profesiones en las cuáles se atiende al público, las relaciones que establece el trabajador afectado por el burnout con los usuarios es totalmente despersonalizada y desnaturalizada).

Dificultades en la relación con los compañeros

En el entorno laboral pasamos muchas horas y allí entablamos diferentes relaciones con compañeros y jefes. Pueden surgir problemas de relación y conflictos en el ámbito laboral con nuestros compañeros y/o jefes y esto puede ocasionar que nuestra salud mental se resienta.

Estrés laboral

En muchas ocasiones en nuestro trabajo nos sentimos sometidos a una excesiva presión y sobrecarga y no sabemos cómo gestionar y manejar esa sobrecarga y estrés. La tensión y presión que sentimos en nuestro trabajo hacen que se resienta nuestro equilibrio psicológico personal y esto también conduce a que se deterioren nuestras relaciones familiares y sociales. El acudir a un psicólogo puede ayudarnos a encontrar estrategias que nos permitan gestionar y manejar adecuadamente nuestro estrés laboral, para así podernos sentir mejor.

Estrés laboral

Mobbing o acoso laboral

El acoso laboral o acoso moral en el trabajo, conocido comúnmente a través del término inglés mobbing: ‘asediar’, ‘acosar’, ‘acorralar en grupo’, es tanto la acción de un hostigador u hostigadores conducente a producir miedo, terror, desprecio o desánimo en el trabajador afectado hacia su trabajo, como el efecto que produce en el trabajador. Esta persona o grupo de personas reciben una violencia psicológica injustificada a través de actos negativos y hostiles en el trabajo por parte de sus compañeros o superiores. Dicha violencia psicológica se produce de forma sistemática y recurrente durante un tiempo prolongado. La persona que sufre el acoso en el trabajo termina sintiendo miedo y pánico al momento de enfrentarse a su trabajo. Su salud mental se resiente; se perturba su equilibrio psicológico. Los efectos psicológicos que tiene el acoso sobre la persona afectan a todas las esferas de su vida personal, social y familiar.

Desmotivación con el trabajo

En muchas ocasiones nos sentimos frustrados y desmotivados a la hora de realizar nuestro trabajo, perdemos autoeficacia y no nos sentimos autorrealizados en nuestro desempeño. Nos sentimos muy bloqueados e inseguros a la hora de desempeñar nuestro trabajo adecuadamente y no sabemos cómo abordar esta situación para poder encontrarnos mejor con nosotros mismos y con nuestro trabajo donde pasamos largas jornadas.

Pérdida de empleo y problemas económicos que esto conlleva

En la actualidad muchas personas se encuentran en el paro, por lo que su autoestima, autoeficacia y autorrealización se resienten y no encuentran el modo de poder sentirse útiles de nuevo. Sienten que no pueden hacer frente a las necesidades económicas básicas, se sienten deprimidos y en muchas ocasiones desesperanzados por su futuro. Su salud mental se resiente y también se resienten las relaciones que establecen con sus familias y con su entorno social.

Prevención de los problemas de salud mental relacionados con el trabajo

Para prevenir los problemas de salud mental en el trabajo hay que gestionar los riesgos psicosociales en el lugar de trabajo. La OMS recomienda que los empleadores lo hagan mediante la implementación de intervenciones institucionales directamente dirigidas a las condiciones y los entornos de trabajo. Se entiende por intervención institucional la que evalúa y luego mitiga, modifica o elimina los riesgos para la salud mental en el lugar de trabajo. Entre esas intervenciones figuran, por ejemplo, la facilitación de modalidades de trabajo flexibles o la implementación de marcos para hacer frente a la violencia y el acoso en el trabajo.

Protección y promoción de la salud mental en el trabajo

Para proteger y promover la salud mental en el trabajo hay que fortalecer las competencias encaminadas a que se reconozcan los problemas de salud mental en el trabajo y a que se tomen medidas al respecto, en particular de las personas responsables de supervisar a otras, como los administradores.

Con el fin de proteger la salud mental, la OMS recomienda lo siguiente:

  • Capacitar a los administradores en la esfera de la salud mental para ayudarles a que reconozcan y respondan a las dificultades de las personas con angustia emocional a quienes supervisan; desarrollen competencias interpersonales como la comunicación abierta y la escucha activa; y comprendan mejor de qué manera los factores estresantes en el trabajo pueden afectar a la salud mental, y cómo pueden gestionarlos.
  • Capacitar a los trabajadores en las cuestiones y la sensibilización respecto de la salud mental, para mejorar el conocimiento en ese ámbito y reducir la estigmatización respecto de los trastornos mentales en el trabajo.
  • Intervenciones dirigidas a las personas para que desarrollen aptitudes que les permitan gestionar el estrés y reducir los síntomas relacionados con la salud mental, incluidas intervenciones psicosociales y oportunidades de actividad física recreativa.

Apoyo a los trabajadores con problemas de salud mental para que participen y prosperen en el trabajo

Las personas que viven con problemas de salud mental tienen derecho a participar en el trabajo de forma plena y equitativa. La Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad proporciona un acuerdo internacional para promover los derechos de las personas con discapacidad (incluida la discapacidad psicosocial), también en el entorno laboral. La OMS recomienda tres intervenciones para apoyar a las personas con problemas de salud mental que quieren obtener y mantener un trabajo y participar en él, a saber:

  • Los ajustes razonables en el trabajo adaptan los entornos de trabajo a las capacidades, necesidades y preferencias de los trabajadores con problemas de salud mental, y pueden consistir en facilitar a determinados trabajadores horarios flexibles, tiempo adicional para completar las tareas, asignaciones modificadas a fin de reducir el estrés, tiempo libre para citas de salud, o reuniones regulares de apoyo con los supervisores.
  • Los programas de reincorporación al trabajo combinan la atención dirigida al trabajo (por ejemplo, mediante ajustes razonables o el regreso gradual) con la atención clínica continua para apoyar la reincorporación significativa después de una ausencia relacionada con problemas de salud mental, y al mismo tiempo reducen los síntomas de trastorno mental.
  • Las iniciativas de empleo con apoyo ayudan a las personas con graves problemas de salud mental a obtener trabajo remunerado y mantenerse empleadas mediante un apoyo continuo en materia profesional y de salud mental.

Creación de un entorno propicio al cambio

Tanto gobiernos como empleadores, en consulta con las principales partes interesadas, pueden ayudar a mejorar la salud mental en el trabajo estableciendo un entorno propicio al cambio. En la práctica, esto significa fortalecer los siguientes elementos:

  • El liderazgo y el compromiso con la salud mental en el trabajo, por ejemplo a través de la integración de la salud mental en las políticas laborales pertinentes.
  • La inversión de fondos y recursos suficientes, por ejemplo estableciendo presupuestos específicos para las medidas destinadas a mejorar la salud mental en el trabajo, y poniendo los servicios de salud mental y empleo a disposición de las empresas con menos recursos.
  • El derecho a participar en el trabajo, por ejemplo armonizando las leyes y reglamentos laborales con los instrumentos internacionales de derechos humanos e implementando políticas de no discriminación en el trabajo.
  • La integración de la salud mental en el trabajo en todos los sectores, por ejemplo incorporándola a los sistemas existentes de seguridad y salud ocupacionales.
  • La participación de los trabajadores en la adopción de decisiones, por ejemplo mediante la celebración de consultas significativas y oportunas con los trabajadores, sus representantes y las personas que han tenido experiencia directa con problemas de salud mental.
  • Las pruebas sobre los riesgos psicosociales y la efectividad de las intervenciones, por ejemplo comprobando que todas las orientaciones y medidas en materia de salud mental en el trabajo se han basado en los datos probatorios más recientes.
  • El cumplimiento de las leyes, los reglamentos y las recomendaciones, por ejemplo integrando la salud mental en el ámbito de responsabilidades de las inspecciones nacionales del trabajo y otros mecanismos de cumplimiento.

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salud física y mental

Salud física y mental en el trabajo remoto

Salud física y mental

El trabajo remoto puede ser exitoso y productivo si se gestiona de forma adecuada. Para muchos, trabajar a distancia significa salir de su zona de confort, pero con el enfoque correcto, este modelo puede resultar revitalizante y atractivo, sin afectar la salud física y mental.

El trabajo ya estaba cambiando rápidamente antes de la pandemia, pero su llegada aceleró aún más el proceso, obligando a muchas empresas a recurrir al Plan B: el trabajo remoto.

El concepto de “horario fijo en puesto fijo” ha sido desafiado, pero un cambio de paradigma tan repentino no está exento de desafíos. Y el trabajo a distancia no es la excepción.

Una conmoción para el sistema

Trabajar desde casa más de uno o dos días seguidos es algo desconocido para muchos, y el reciente cambio en el panorama laboral podría, de forma heterogénea, afectar la salud mental de los empleados.

El trabajo remoto puede impactar la salud mental, especialmente en quienes dependen de la interacción social en la oficina. Según Forbes, el cambio forzado por la pandemia pudo causar un leve deterioro mental. Un informe de 2019 indica que el 22% de los empleados sufre por la dificultad de desconectarse y el 19% por la soledad. Aunque la transición al teletrabajo implica ensayo y error, existen estrategias para proteger el bienestar de los empleados.

Fijar una base sólida: la salud física

La salud física influye directamente en el bienestar mental. Una buena alimentación y ejercicio regular mejoran el estado de ánimo y la concentración. Quienes trabajan desde casa deben evitar la comida chatarra y realizar al menos 20-30 minutos de ejercicio diario. Además, dormir entre siete y nueve horas es clave para la productividad y la salud. Para un mejor descanso, es recomendable reducir el uso de pantallas antes de dormir y optar por la lectura.

Es importante que quienes trabajan desde casa eviten la tentación de la “comida entre horas” y la ingesta de comida chatarra. El aumento de azúcar en sangre que generan estos alimentos impacta negativamente en la concentración durante la jornada laboral.

Los adultos necesitan entre siete y nueve horas de sueño para rendir de forma óptima al día siguiente. Dormir menos o significativamente más puede afectar la productividad y aumentar los problemas de salud física y mental. Para lograrlo, es recomendable evitar la exposición a pantallas antes de acostarse y optar por la lectura.

Mantener una rutina y permanecer disponible

No dejes que el trabajo remoto modifique tus hábitos. Si acostumbras levantarte a las 07:00, tomar café mientras ves las noticias o salir a correr los miércoles por la noche, sigue haciéndolo.

Es crucial que los trabajadores mantengan su rutina a pesar de estar en casa, desde las costumbres matinales hasta el uso del tiempo libre. Conservar la estructura es clave para mantener altos niveles de agudeza y reacción durante la jornada laboral.

Igualmente importante es el cuidado de las relaciones interpersonales y la comunicación con compañeros y gerentes. ¿Por qué no organizar una llamada grupal rápida para hacer status mientras se bebe café? Un descanso así puede ser clave para quienes están acostumbrados a su coffee break de las 10:30.

Mantener el contacto con los compañeros contribuye a cultivar el sentimiento de pertenencia, esencial para la unidad, y supone una buena herramienta de descanso.

Desconectar y mantener tu salud física y mental

Como bien señala The New York Post, con base en un estudio elaborado por investigadores de la Universidad de Keio en Tokio y otras instituciones técnicas, el 35% de los empleados que trabajan remotamente aseguran sufrir un deterioro de la salud mental como resultado del confinamiento.

El informe arroja hechos sorprendentes: el 41.3% de los encuestados confesó tener problemas para separar vida laboral y privada, el 39.9% señaló la falta de ejercicio diario y el 39.7% expuso trabas en la comunicación con sus compañeros.

Es habitual sentir la necesidad de conexión permanente con el equipo de trabajo cuando se opera desde casa. Ahora bien, el trabajo remoto no debería condicionar la eficiencia ni llevarnos a malos hábitos, como emplear frases cortantes tipo “miraré el informe después de cenar”.

De acuerdo con una monografía de la empresa de servicios cloud Digital Ocean, publicada en 2019, el 82% de los empleados especializados en campos tecnológicos de EE.UU. se sienten saturados, mientras que el 52% confiesa trabajar más horas en casa de las que lo hacía en la oficina, y el 40% siente la necesidad de contribuir más que los compañeros que acuden físicamente a sus puestos.

Resulta evidente la importancia de mantener el volumen de trabajo para quienes operan desde casa; no pueden acabar prisioneros de su propio empleo. Mantener una vida social activa sigue siendo tan valioso como antes.

Por un futuro saludable

Las variables que seguirán las empresas para medir la eficacia del trabajo remoto serán, lógicamente, la eficiencia y la productividad. Pero no se pueden dejar de lado otros factores igual de importantes: la moral y el bienestar de los empleados.

La calidad de los resultados se verá afectada si el equipo no es capaz de mantener un equilibrio sano entre trabajo y vida personal. Y no solo eso. Forbes revela que “el 89% de los empleados de empresas que respaldan iniciativas de bienestar tienen más probabilidades de recomendar su organización como un ‘buen lugar de trabajo’”.

Asumiendo la enorme proporción de nuestras vidas que pasamos trabajando, nunca había sido mayor la responsabilidad de las empresas en promover el bienestar de forma activa.

Salud física

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Una guía sobre lo que implica la inteligencia emocional

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¿Alguna vez has experimentado momentos en donde sientes que tus emociones toman el control? ¿Te has sentido abrumado por la ira, la tristeza o la ansiedad? Aprender a identificar y gestionar nuestras emociones es fundamental para nuestro bienestar integral y bienestar mental. Esto tiene que ver con la inteligencia emocional, ya que es aquella habilidad que nos proporciona las herramientas necesarias para adentrarnos y aprender a manejar toda la amplia gama que experimentamos en nuestro día a día. A continuación, se explicará en qué consiste y los elementos que la conforman.

¿Qué es la inteligencia emocional y por qué es importante?

Para poder desmenuzar en qué nos sirve la inteligencia emocional, es fundamental abordar primeramente lo qué significa. Según Daniel Goleman (1995) en su libro de Inteligencia Emocional, esta se define como una habilidad para recibir, analizar, comprender e incluso regular las emociones que se experimentan tanto a nivel intrapersonal como interpersonal, dónde también se ven influidos los pensamientos y conductas de la misma persona. Con esta definición se puede entender que realmente las emociones tienen un peso importante dentro de vida de todo ser humano. Ya que hay una afectación tanto a nivel cognitivo, conductual y esto en cada área en la que nos desenvolvemos, como en lo laboral, personal, de pareja, social entre otras, impactando también nuestro bienestar emocional.

La inteligencia emocional se puede entender de igual forma como la capacidad que tenemos para motivarnos, para ser resilientes a pesar de que las cosas no nos salgan acorde con lo que teníamos previsto, saber cómo controlar los impulsos al momento de accionar, regular nuestras emociones, saber nombrar cómo nos sentimos, tener una capacidad de empatizar con otras personas. Esto juega un papel crucial en la psicología laboral, ya que un ejemplo de esto, es cuando alguien nos critica, experimentamos una emoción, la identificamos y decidimos de si responder con ira o buscar entender su perspectiva y actuar de manera asertiva.

Para terminar de comprender qué es la inteligencia emocional, es relevante hacer mención de que las emociones son aquellos movimientos interiores con los que respondemos ante las situaciones que nos ocurren. Son reacciones emocionales automáticas y estás nos mueven en una dirección específica en torno a nuestras conductas. Por otro lado, están los sentimientos, es cuando logramos nombrar a la emoción que estamos experimentando, cuando ya podemos identificarlo y si se siente en un tiempo prolongado, lo podemos llamar un estado de ánimo.

Habiendo entendido el concepto de esta habilidad, puede llegar a ser más sencillo el entender por qué es importante en nuestra vida. Básicamente si nuestras emociones tienen tanta relevancia en la manera en la que interactuamos con nosotros y con el mundo. Por ende, la inteligencia emocional es clave para nuestro bienestar mental y viene siendo una parte fundamental de nuestra experiencia humana. Myriam Muñoz Polit (2010) afirma que la vida emocional en cómo nos comportarnos, percibimos y actuamos de cierta manera a través de los diversos momentos en nuestra vida, el experimentar emociones y saber cómo regularlas se va a relacionar en las decisiones que tomamos para nosotros y para los demás, en cómo nos desenvolvemos con nuestro entorno y al final de cuentas cómo funcionamos en una sociedad con otros individuos.

Los 5 pilares de la inteligencia emocional

A continuación se explican los componentes de la inteligencia emocional:

  • Autoconocimiento
    Hay que estar conscientes de nosotros mismos y lo que nos conforma como individuos, para poder entender cómo las situaciones nos afectan, ya que al final de cuentas, cada cabeza es un mundo, entonces hay que darnos a la tarea de intentar indagar en cómo es nuestro mundo interno. Esto involucra la historia de vida, nuestros gustos, competencias, metas, áreas de oportunidad, reacciones, antecedentes, etc.
  • Autorregulación
    Aquí entra la famosa frase de “Pensar antes de actuar”, para aprender a responder emocionalmente de manera adecuada. Entra el regular cómo nos sentimos ante ciertas situaciones para decidir cómo actuar de la mejor manera posible, controlando los impulsos y tomando decisiones tomando en cuenta tanto a la propia persona, como a los demás y el contexto en el que se encuentra.
  • Automotivación
    Saber identificar qué es lo que realmente nos importa y nos mueve para nuestro día a día. Esto ayuda a promover la resiliencia ante las diversidades en las que nos encontremos. Significa aprender a motivarnos a nosotros mismos usando las herramientas que conozcamos en ese momento, para poder conseguir nuestros objetivos.
  • Empatía
    Es la capacidad de entender las emociones y la experiencia humana de otra persona. Va más allá de “ponernos en sus zapatos”, viene siendo aquella comprensión profunda sobre su contexto, su vida, sus emociones e incluso sus decisiones, separándolo de las propias creencias y opiniones.
  • Habilidades sociales
    El saber comunicarse eficaz y asertivamente es un punto fundamental, poder influir, persuadir y gestionar diferentes conversaciones con otras personas.

Para conocer más sobre lo que implica la inteligencia emocional, te recomiendo ver el siguiente video: https://www.youtube.com/watch?v=Vf7N6ADsmKg

Mujer meditando mejorando su inteligencia emocional

La inteligencia emocional en diferentes áreas de vida

Como ya se fue abordando, esta habilidad se permea en todos los aspectos en dónde nos relacionamos con nosotros mismos y con los demás. Por ende, en todas las áreas de vida, desde los aspectos más triviales hasta aquellos que pudiéramos considerar vitales en nuestra crecimiento y desarrollo.

  • Área de desarrollo personal: Al ser capaces de identificar y gestionar nuestras emociones, nos ayuda a tener mayor bienestar emocional porque sabemos cómo manejar y reducir aquellas emociones desagradables como el estrés, la ansiedad, el enojo, la tristeza, que aunque son necesarias para nosotros y cumplen con un objetivo, es importante aprender a regularlas. Asimismo, nos ayuda a tener más factores de protección que nos favorezcan a prevenir condiciones de salud mental o problemas emocionales. Como se abordó anteriormente, los pilares de la inteligencia emocional nos aporta para conocernos mejor, que eso inevitablemente promueve el aumento de autoestima y la posibilidad de encontrar el sentido a nuestra vida.
  • Área laboral: Independientemente de cuál sea nuestro trabajo y de si convivimos o no con muchas personas, la inteligencia emocional nos va a servir para ser más productivos. Ya que se saber gestionar el estrés efectivamente, logrando enfocarse en objetivos, puede influir en liderar equipos con éxito. Esto debido a que la comunicación será asertiva y se construyen relaciones profesionales sólidas. Definitivamente el saber gestionar las emociones propias y entender las de los demás ayuda a que el equipo de trabajo tenga más herramientas para crear un buen ambiente laboral y para que sea más eficiente la operación aumentando el sentido de pertenencia, reduciendo el ausentismo y las condiciones de salud mental que al final también termina afectando de manera grupal en una empresa. Nosotros como Fundación FENL tenemos varios servicios que aporta a que los colaboradores de las empresas tengan un mayor bienestar y se llega a relacionar con el tema de la inteligencia emocional, unos de los servicios son el Modelo ELA y el Programa de Salud Emocional, estos los puedes revisar a profundidad en la sección de servicios dentro de nuestra página.
  • Área de relaciones interpersonales: Los seres humanos somos seres sociales, es decir que constantemente nos encontramos formando conexiones y relaciones con los demás. Obviamente habrá algunas más fuertes que otras, con nuestros amigos, familia, pareja e incluso compañeros de trabajo, para ello es necesario comunicarnos y con la intención de que esto se logré  de manera satisfactoria. Ayuda el hecho de poder comprender las emociones tanto propias como ajenas. Por ejemplo al momento de nosotros expresar nuestras necesidades y escuchar las del otro, resolver conflictos constructivamente y ser empáticos con él otros, formando relaciones sanas y que nos aporte.
  • Área financiera: Podemos llegar a tener una relación con nuestro dinero que está involucrada con nuestras experiencias de vida y emociones. Por lo que la inteligencia emocional en esta área específica se puede relacionar al tomar decisiones más racionales, en lugar de tomarlas desde el miedo o la euforia, evitamos tomar decisiones impulsivas, obteniendo una salud financiera más estable.
  • Área de pareja: Nos permite comprender las necesidades emocionales del otro y establecer un vínculo con mayor significado y profundidad. Se logran resolver conflictos de maner constructiva desde un espacio de madurez y responsabilidad afectiva, lo cual fomenta una intimidad emocional auténtica. Que es en dónde se promueve la confianza y cercanía con la otra persona, así como con nosotros mismos.

Mitos y verdades sobre la inteligencia emocional: Desmitificar creencias comunes.

Es un hecho que la investigación del entendimiento hacia las emociones ha formado parte de la historia de la humanidad por mucho tiempo. Y a pesar de que hoy en día se tenga información sobre esta habilidad de la inteligencia emocional, siguen existiendo dudas al respecto e incluso mitos que ha influido a que las personas tengan un visión distorsionada del concepto de esta. Vamos a revisar algunos de los mitos más comunes:

El primer mito es: la inteligencia emocional no se puede desarrollar. La verdad es que hay que recordar que es una habilidad, por ende es algo que se puede aprender y practicar. Así como lo es la inteligencia matemática, el deporte, la inteligencia musical, etc. Pueden haber personas que por su personalidad y contexto, tengan mayor facilidad a desarrollar la inteligencia emocional, sin embargo, cualquier persona lo puede trabajar.

El segundo mito es: las personas con alta inteligencia emocional siempre están felices o no se ponen tristes. La verdad es que el saber gestionar las emociones no va a hacer que solo se experimentan emociones agradables como la felicidad, calma y motivación, y ese tampoco es el objetivo de la inteligencia emocional, ya que todas las emociones tienen un objetivo y es importante aprender a detectarlas, validarlas, darles un lugar y gestionarlas. Es por ello que aún y si se tiene muy desarrollada esta habilidad, se siguen experimentando las emociones desagradables, como la tristeza. Lo que cambia es cómo las manejan y de qué forma les afecta en su funcionalidad.

Otro mito es: la inteligencia emocional es lo mismo a ser empático o sensible. En realidad la empatía aunque es un componente de esta habilidad, como lo vimos anteriormente, no es todo lo que implica. Ya que también se tienen que considerar los demás elementos en conjunto.

Sabías que ¿conocer el nivel de inteligencia emocional que tiene una persona puede predecir el éxito más que el coeficiente intelectual (CI)? En realidad tiende a ser un predictor más fuerte para el éxito integral en la vida de alguien, ya que con esto se puede englobar cómo se relaciona con las demás personas, su capacidad de liderazgo, cómo se adapta a los cambios, así como la satisfacción y bienestar personal que puede identificar la persona en su vida actual.

Conclusión

Para concluir, podemos decir que la inteligencia emocional es una habilidad compleja. Sin embargo, es una hablidad alcanzable para cualquier persona, puede desenvolverse de diferentes formas para cada quien e incluso en las diferentes etapas de vida. Nos permite navegar por la amplia gama de emociones que todo ser humano llega a experimentar. Esto con el objetivo de desarrollarnos mejor en nuestros ámbitos individuales y grupales. Te invitamos a reflexionar cómo está actualmente tu inteligencia emocional y si la tienes trabajada o no, vale la pena el preguntarnos esto. Trabajar en ello será una inversión para todas las áreas de nuestra vida, brindándonos mayor plenitud y significado.

Inteligencia emocional ilustrada con cerebros de distintos colores

Referencias:

Salovey, P., & Mayer, J. (1990). Inteligencia emocional. Imaginación, conocimiento y personalidad, 9(3), 185-211.


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